Título: Monstruos rotos.
Editorial: Siruela
Año: 2016.
Autor: Lauren Beukes.
SINOPSIS.
En Detroit, la ciudad que se ha convertido en el símbolo de la muerte del sueño americano, una ciudad embargada, desahuciada, un asesino en serie pretende redimir sus frustraciones artísticas a través del horror. La detective de homicidios Gabriella Versado ha visto muchos cadáveres a lo largo de sus ocho años de carrera, pero este es demasiado macabro incluso para los estándares de Detroit: el tronco de un niño de doce años aparece pegado a la parte trasera de un ciervo, en una suerte de fusión repulsiva. A medida que la policía va hallando cadáveres cada vez más inquietantes, surge una pregunta: ¿cómo se puede sobrevivir en esa ciudad, escombrera del sueño americano?
Monstruos rotos es un thriller que trasciende el género y que muestra ciudades rotas, sueños rotos y personas rotas que buscan recomponerse.
OPINIÓN PERSONAL.
Ya sabéis que me pierde una buena novela negra y con una portada y un título como este todavía más.
Nos encontramos en Detroit, una ciudad decadente, donde una inspectora de homicidios, Gabriella Versado intenta luchar contra el mal imperante en la ciudad y a la vez intenta controlar a su hija preadolescente obsesionada con internet. La vida de Gabi no es fácil, pero va a se peor cuándo el monstruo de Detroit se ponga en marcha.
Y con la primera víctima llegará el horror: un chico de doce años, del cual solo se encuentra la parte superior de su cuerpo, ya que la parte posterior está formada por las patas traseras de un ciervo.
" El cuerpo. El cuerpo-el cuerpo-el cuerpo, piensa. Las palabras pierden el sentido cuando las repites. Lo mismo les sucede a los cuerpos, aún con todas sus variantes. Un muerto es un muerto. Los comos y los porqués son lo único que cambia. Repasemos. Por congelación. Disparo. Puñaladas. Apaleamiento con un objeto romo, con un objeto afilado, sin objeto alguno cuando los puños bastan. Pim pam y arreando. ¡No sabes lo que te va a tocar! Pero hasta para la violencia hay límites creativos."
Me gustan las novelas que te van introduciendo personajes diferentes en cada capítulo. Sabes que al final todos esos personajes van a tener una relación y una parte importante en la trama, pero al principio sabes cómo. Y esto es lo que pasa en esta novela. Nos presentan a la inspectora, a la vez que nos presentan a Jonno, un joven que conoce a una guapa DJ y juntos van a ir metiendose hasta las fiestas más desfasadas y decadentes de la ciudad. Así como TK, un indigente que se gana la vida recogiendo cosas de las casas de las cuales han sido desahuciados, y a la vez, ayuda con todo lo que puede en la parroquia. O a su amigo Ramón, otro indigente que vive en las calles Detroit... o a Clayton, un artista incomprendido que vive en un mundo real/irreal a partes iguales.
Con todos estos personajes perfectamente dibujados y de los cuales vamos conociendo más cosas a medida que va avanzando la novela, la autora ha sabido construir un collage en el cual lo real y lo real parecen mezclarse a partes iguales. El horror y el mal son una parte muy importante de la novela. Aquí no hay sitio para el romance ni para la pasión. Si acaso, una pasión maligna, dirigida por unos sueños que hacen perder el control del asesino.
Pero a la vez que la inspectora luchará contra este mal, su hija, Layla junto con su amiga Cas, intentará luchar contra la pedofilia por internet, acosando y derribando a posibles pederastas, llegando a infringir la ley en varias ocasiones.
" No contárselo a su madre la está matando. Es como si el secreto fuese un puñado de polillas revoloteando dentro de la boca, chocando contra los dientes. Pero no es capaz de enfrentarse al enfado y, aún peor, a la decepción de Gabi. Las disputas de alto nivel que se sucederían a continuación, urdiendo la mejor estrategia posible. Por no hablar de arrastrar a Cas con ella."
Monstruos rotos, es como dice la sinopsis, una novela de ciudades rotas, de personas rotas y de sueños rotos, que intentan de alguna manera volver a pegar los trozos de su destrozada vida. Una novela con tintes fantasmagóricos, que sin llegar a ser de terror, tiene un final alucinante muy "stephenkingiano"que me ha gustado mucho. Hacía tiempo que una novela no me atrapaba entre sus fauces como esta. Por que lo que te atrapa de esta novela es el mal y no te deja ir hasta que sabes que el monstruo que vive debajo de la cama no existe, que todo son invenciones tuyas... o no.
Una novela que no puedo dejar de recomendar a los que busquen algo diferente en la novela negra. Un toque de alucinaciones con el horror rondando una ciudad decadente medio en ruinas, y que os aseguro os va a tener enganchados durante unas cuantas tardes de este invierno que por fin viene frío y oscuro.
Muchas gracias a Siruela por en envío del ejemplar.