Mamá duerme la siesta - Beatriz Olivenza.

Título: Mamá duerme la siesta.
Editorial: Algaida.
Año: 2014.
Autor: Beatriz Olivenza.

SINOPSIS.
Un día, Joaquín Solís falta a su trabajo en una empresa de teleoperadores y no vuelve a dar señales de vida. Es un hombre oscuro y poco comunicativo: nadie lo echa en falta excepto Gabriela, una de las empleadas, que está lejos de su patria y ha compartido con Joaquín momentos de soledad y nostalgia. Un sentimiento de gratitud impulsa a Gabriela a investigar la desaparición de su compañero. Pero la única pista que encuentra es un papel con una dirección, un número de teléfono y una misteriosa frase: Mamá duerme la siesta. Tirando de ese hilo, Gabriela se adentrará en territorios insospechados.

OPINIÓN PERSONAL.
No conocía a la escritora, ni el libro, ni el Premio literario del que ha sigo ganador, pero mirando entre las novedades de Algaida me tropecé con este título, que me pareció, por lo menos curioso, y cuándo terminé de leer la sinopsis mi curiosidad ya había llegado a punto de que tenía que leerlo.

No sabía muy bien tampoco lo que me iba a encontrar. Lo primero de todo, es un relato, una novelita corta de apenas 100 páginas que se lee en un par de horas. Empieza con la desparición de Joaquín de su puesto de trabajo en una empresa de teleoperadores. La única que se preocupa por él es Grabriela, una empleada sudamericana, que ha sido la única del trabajo que ha trabado un poco de amistad con Joaquín. Pero Joaquín desaparece, y Joaquín esconde un secreto, un secreto y una obsesión que le llevaran donde no puede imaginar.

" Entonces, a eso del mediodía, hizo su aparición el papel amarillo. La moqueta de la oficina estaba mal pegada y se levantaba bajo la mesa de Gabriela, era un nido de porquería y de objetos perdidos, ya lo tenía ella comprobado. A veces el zapato le tropezaba contra el pico levantado y ella se agachaba y extraía de aquel escondrijo natural un clip, varios bolígrafos, una goma de borrar. Así lo hizo aquella mañana de jueves, y lo que se encontró fue una de las notas adhesivas de Joaquín. En cuanto vio la esquina amarilla y cubierta de polvo supo lo que era; conteniendo la respiración, tiró de ella, la sacó y la cubrió de inmediato con la otra mano, como si fuera un tesoro que quisiera preservar de las miradas de los demás. Antes de taparla así, tuvo tiempo de reconocer la letra pulcra, algo infantil, de su compañero. Se incorporó. Miró alrededor; nadie estaba pendiente. Entonces abrió las manos y leyó. En el papel amarillo había un número de teléfono, una dirección y una frase, escrita en letras mayúsculas: MAMÁ DUERME LA SIESTA."

Y cuándo Gabriela encuentra esa nota, y recibe por mail el diario de Joaquín, que éste le ha enviado antes de desparecer, Gabriela decide seguir sus pasos, que la llevarán justamente donde no debieron de llevarla nunca.

Un relato corto como he dicho, pero con intriga, lo empecé a leer y no pude dejarlo hasta la última página.  Un relato donde la soledad y el desconocimiento de las personas que nos rodean tienen un gran protagonismo. No puedo contar mucho más, pues dada su brevedad, revelaría gran parte del contenido, y creo que es mejor que no lo haga por si tenéis intención de leerlo.

Con un final desconcertante, que puedes entrever, pero no lo dice claramente. Puedo decir que me ha gustado, que he pasado un rato entretenida con el misterio que envuelve a Joaquín y con el niño, la madre del cual está durmiendo la siesta en un jardín, debajo de unos manzanos...