La revolución secreta - Claudio Cerdán

Título: La revolución secreta
Editorial: Alrevés
Año: 2014.
Autor: Claudio Cerdán
Valoración: 9/10

SINOPSIS.
En la guerra no existen buenos y malos: en los conflictos bélicos, la condición humana se diluye por completo y aflora nuestra naturaleza más primitiva y salvaje. En la Rusia caótica de 1919, la batalla se libra entre hermanos, vecinos y amigos, una guerra civil en que el frío se cobra casi más víctimas que las balas del enemigo. Un Ejército Blanco, ya muy mermado y que se resiste a la ineludible caída del zarismo, combate sin esperanza al poderoso ejército revolucionario... Y en medio de este caos emerge un monstruo, un asesino que no discrimina entre bandos ni civiles, y que siembra de cadáveres desmembrados el nevado paraje. El joven capitán Alksandr Strahov recibe el encargo de investigar esos crímenes y atrapar al asesino que amenaza con aniquilar a toda la población de Kladbithse, la pequeña aldea que le ha tocado defender inútilmente. Ayudado por un misterioso cazador de monstruos que se hace llamar El Maestro, Strahov intentará dar caza al asesino.

OPINIÓN PERSONAL.
No hace mucho leí y reseñé, de este mismo autor, Un mundo peor, una novela negra que me gustó mucho, y me hizo conocer la escritura de Cerdán. En esta caso, nos encontramos con otra novela negra y a la vez histórica, pero completamente diferente a la anterior.

Nos encontramos en una Rusia agonizante, en 1919. Las batallas han hecho estragos en la población, que sufren hambre, y sobre todo de frío. La gente malvive como puede, mientras las batallas se siguen sucediendo.

Aleksandr Strahov, teniente, es llamado por el almirante Kolchak, una especie de heroe para él. Debe dejar lo que está haciendo, y debe dirigirse con sus hombres (una mezcla de campesinos y salvajes) a la ciudad de Kladbitsche. Allí, además de una población hambrienta y sometida a los soldados, se van a encontrar con una serie de extraños asesinatos: una especie de monstruo que se dedica a matar y mutilar terriblemente, tanto a soldados como a lugareños.
Ayudado por un extraño personaje, que se hace llamar a si mismo el Maestro, y su joven aprendiz, ambos despiadados y sangrientos, van a intentar cazar a la bestia que tiene a todos aterrorizados.

"  -¿Por qué lo ha hecho? - le recriminó - ¿ Por qué ejecutar a un crío?.
- No debe preguntármelo a mi - respondió el forastero encogiéndose de hombros - Yo no lo he matado.
Toda la gente se giró de nuevo hacia los caídos. El niño que acompañaba al extranjero arrancó el cuchillo del cuerpo de Fedot, lo limpió con un trapo y lo guardó en la funda de cuero que colgaba vacía de su cinturón."

Sumergidos en un ambiente desolador, nos enfrentamos a una trama que no da respiro, que en ocasiones puede llegar a ser tan brutal, que te hace apartar un poco su lectura, para ponerte con algo más amable, pero luego, irremediablemente, te llama de nuevo hacia sus páginas. No puedes alejarte de esos personajes descarnados y con unas terribles experiencias a sus espaldas, donde los que teóricamente son los buenos, son capaces de cometer terribles barbaridades. Una lucha sin piedad contra algo o alguien que puede llegar a ser peor que la misma guerra. Y sin contar con la descripción de los escenarios: frío, nieve, hielo... y los olores, o más bien hedores que envuelven a toda guerra, y a la gente que no tiene medios ni fuerzas para huir de su propio destino.

Una novela muy dura, donde nos encontramos lo peor que saca la guerra de la personas. Una novela donde no hay lugar para la amabilidad o la compasión. Nos encontramos hambre, frió, fusilamientos, crueldad y sangre, mucha sangre. Si tuviera que ponerle un pero, en mi opinión sería esa: no me gusta encontrarme tanta sangre y tanta crueldad. Sé que en la guerra eso es lo habitual: las guerras son dolor, crueldad y mucho sufrimiento, y no pueden endulzarse de ninguna manera,  pero a mi personalmente, aunque me encanta la novela negra, intento huir de tanta brutalidad.

" Strahov avanzó por la destartalada casa y encontró una trampilla semioculta bajo un montón de trapos sucios. En los resquicios había sangre reseca. Abrió y la peste se volvió aún más insoportable y densa. El interior era negra y parecía palpitar. El capitán sintió la llamada del infierno mascullada con las fauces de un lobo. Notaba su cercanía en la punta de los dedos, palpaba la locura, lo saludaba la muerte. Con la mano libre agarró una vela y descendió al averno."

Una lectura más que recomendable, con una prosa estupenda, tal y como nos mostró Claudio Cerdán en sus anteriores novelas, para amantes de la novela negra-histórica, en la que también nos encontramos rastros de novela de fantasía.  Eso si, no apta para estómagos sensibles, y con un final totalmente inesperado, de esos que te hacen exclamar una palabra que no estaría muy bien poner aquí.

Muchas gracias a Alrevés por el envío del ejemplar.