El sueño del depredador - Óscar Bribián

Título: El sueño del depredador.
Editorial: Versátil.
Año: 2014.
Autor: Óscar Bribián.
Valoración: 8,5/10.

SINOPSIS.
¿Qué tienen en común los poemas de Baudelarie, Silvia Plath o Leonard Cohen con los ahorcamientos para alcanzar el clímax durante la asfixia autoerótica?

En un control rutinario en la carretera de entrada a Zaragoza, la Policía detiene un vehículo sospechoso. En su interior encuentran varios cerdos muertos y diversos instrumentos para desollarlos, algo extraño, pero no especialmente preocupante... si no fuera porque en la boca de uno de los animales aparece un dedo humano.
Laura Beltrán, la nueva subinspectora de la Brigada Provincial de Homicidios, y su superior, Santiago Herrero, un veternao inspector, se verán envueltos en un abanico de asesinatos que combinan el sadismo y los enigmas de la psicopatía con las inquietudes propias del comportamiento humano.

OPINIÓN PERSONAL.
Me llamó la atención esta novedad de Off Versatil (la colección de novela negra de la Editorial Versátil) Las dos novelas anteriores que he leído de esta colección han sido una grata sorpresa, y con esta no iba a ser menos. Que soy una fan de la novela negra lo sabéis de sobra, y que los autores de aquí me encantan, también (bueno, y los nórdicos) así que siempre me gusta conocer autores nuevos, por lo menos para mí, y os puedo adelantar que esta novela ha sido una de las mejores sorpresas de este año.

Empezamos con dos hilos de los que tirar: por un lado tenemos al inspector Herrero y a su nueva compañera, la subinspectora Laura Beltrán, que están investigando en Zaragoza que hacían cuatro rumanos en un coche, con dos cerdos de 150 kgs muertos en el maletero, y más cuándo descubren que dentro de la boca de un cerdo hay un dedo humano.

Por otro lado tenemos a Ismael, un niño un tanto extraño, con una familia totalmente desestructurada, un padre sin trabajo, alcohólico, y que le gusta darle al cinturón tanto a él como a su esposa. Ismael es un niño peculiar, desde pequeño ha tenido muchas fantasías, crueles la mayoría, que lee mucho, pero historias que quizás no son las más adecuadas para él. Cuándo por fin se pone en manos de la psicóloga del colegio, por una agresión a un compañero, y por su manía de estar recitando siempre versos en voz muy baja, vamos a descubrir cosas que no esperábamos.

¿Y que pueden tener en común Ismael, con el dedo encontrado en la boca del cerdo? Un dedo que por cierto, pertenece al dueño de la granja donde robaron los cerdos, y que han encontrado de una manera, digamos, un poco comprometida. Pues en principio poca cosa, aparte de que el hijo de Laura va al mismo colegio que Ismael, y que los poemas que recita el niño tendrán mucho que ver en la investigación.

" "Falta de remordimiento", pensó la psicóloga, que se dispuso a añadirlo a sus anotaciones. Presionó el botón del bolígrafo y el muelle extrajo la punta de latón. El clic volvió a llamar la atención del alumno, que se giró con rapidez. La mujer sintió un escalofrío. El entramado gris de las pupilas del niño parecía querer devorarla. Lo imaginó armado con el pequeño utensilio, atacándola con toda su rabia contenida. "

Mientras vamos siguiendo la investigación policial, vamos conociendo un poco más a los protagonistas. Santiago Herrera, un curtido inspector que por culpa del trabajo se ha visto abandonado por su mujer y con un hijo al que no puede ver tanto como le gustaría, y Laura Beltrán, una joven madre soltera que pide el traslado a homicidios, y que aparte de tener unas malas relaciones en el pasado y un hijo, fruto de una de ellas, poco más conocemos. Ambos forman un buen equipo, y desde el principio funciona muy bien en el tema laboral.

Aunque en la sinopsis del libro se hable de ciertas prácticas para alcanzar el climax sexual, es solo en una parte pequeña de la novela donde se hace referencia a las mismas, o sea que no os vais a encontrar con una novela erótica ni nada por el estilo. Es una novela negra, negrísima, pura y dura, cruel en ciertos momentos, pero con una manera de narrar y unos personajes totalmente creíbles. Es lo que más me gusta de la novela negra de aquí, y de esta en concreto: los personajes que aparecen en la misma pueden ser cualquiera de las personas con las que nos cruzamos por la calle diariamente, y que en su interior llevan mucho mas (bueno o malo) de lo que se puede ver a simple vista. Los detectives no son superheroes ni utilizan técnicas del CSI para encontrar a los "malos", son simples humanos que utilizan muchas horas de su vida, incluso desatendiendo a su vida personal, para poder cumplir con su trabajo.

" Pese a que le había parecido inverosímil la senda trazada alrededor de ese poemario, Herrera reconocía que el olfato de la subinspectora Beltrán podía solucionar el caso si tenían suerte. A veces, las mejores investigaciones necesitaban de los caprichos del destino para seguir adelante y no quedar archivadas en el fondo de una estantería interminable. Por eso cruzó los dedos mientras miraba pasar las luces de las farolas de la avenida, pese a que nunca había sido supersticioso."

Una novela de la que disfrutado muchísimo. Con un lenguaje ágil, el autor te mantiene pegado a sus páginas, sin saber, prácticamente hasta el final, ni el lector ni los encargados de investigar el caso, quien puede ser el causante de tan macabros asesinatos, y que pueden tener con él unos versos de Blas de Otero, de Silvia Plath o de Alexander Pushkin.

Hasta llegar a su final totalmente sorprendente e inesperado, la novela te sumerge en la maldad de la mente y de los comportamientos humanos, y sobre la influencia que pueden tener sobre mentes jóvenes y a medio desarrollar, como la de los niños.

Una novela que recomiendo a todos los amantes de este género,ya que nos le dejará indiferentes.

Veo en las blancas llanuras

una reunión de espíritus.

Incontables, deformes,

en el turbio resplandor de la luna,

diferentes demonios giran

como las hojas en noviembre...

Muchas gracias a Versátil por el envío del ejemplar.