La luz que no puedes ver - Anthony Doerr

Título: La luz que no puedes ver.
Editorial: Suma
Año: 2015.
Autor: Anthony Doerr
Ficha del libro: http://www.megustaleer.com/libros/la-luz-que-no-puedes-ver/SL57614

SINOPSIS.
Marie-Laure es una joven ciega que vive con su padre en París, donde él trabaja como responsable de las mil cerraduras del Museo de Historia Natural. Cuando los nazis ocupan la capital, padre e hija deben huir a la ciudad amurallada de Saint-Malo, llevándose con ellos lo que podría ser la más preciada y peligrosa joya del museo.
Warner es un muchacho huérfano criado en un pueblo minero de Alemania y fascinado por la fabricación y reparación de aparatos de radio, un talento que no ha pasado desapercibido a las Juventudes Hitlerianas.
Siguiendo al ejército alemán, Werner deberá atravesar el corazón en llamas de Europa. Hasta que la última noche antes de la liberación de Saint-Malo, los caminos de Werner y Marie-Laure por fin se crucen.

OPINIÓN PERSONAL.
La historia se inicia en Agosto de 1944, durante la liberación y el bombardeo del pueblo de Saint-Malo por las tropas aliadas. Pero rápidamente la novela retrocede diez años y conocemos a los protagonistas de la misma, que terminaran convergiendo en el mismo punto en el que se inicia la novela..
Marie-Laure vive en París con su padre, el cerrajero encargado de las miles de cerraduras del Museo de Historia Natural. Debido a una enfermedad de pequeña, Marie-Laure es ciega desde los seis años, pero con la ayuda y el cariño de su padre, consigue llevar una vida bastante feliz y valerse por si misma. A Marie - Laure le encanta leer, y poco a poco su padre le va regalando libros de Julio Verne en braile, con los que llena su imaginación y sus horas.

Werner vive en un orfanato en Zollverein (Alemania) con su hermana Jutta, y varios niños más al cuidado de Frau Helena. Huérfanos casi todos de mineros, la vida para ellos no es fácil, la miseria es la nota dominante en sus vidas, pero gracias al cariño de Frau Helena y a la imaginación de los niños, la vida va transcurriendo plácidamente para todos. Werner es un "manitas". Le encanta reparar todo lo que encuentra en los vertederos, sobre todo las radios, y es por ese motivo que poco a poco le van encargando trabajos para arreglar aparatos estropeados.

Y así empieza la historia de nuestros dos protagonistas, tan alejados el uno de otro... hasta que llega la guerra, los Alemanes toman París y Marie-Laure y su padre deben huir; pero su padre lleva encima un encargo muy importante del Museo. Ambos se dirigen hacia Saint-Malo, a casa de Etienne, un tío abuelo de Marie-Laure, al que ni siquiera conoce y sin saber si van a ser bien recibidos.

" Relata todo lo que ve: una compuerta de rejas, unos muros defensivos a los que llaman muralla, mansiones de granito, capiteles sobre los techos. El eco de sus pasos rebota en las casas altas y la lluvia vuelve a caer sobre ellos, el padre se esfuerza bajo su peso pero Marie-Laure tiene la edad suficiente como para sospechar que lo que él describe como pintoresco y acogedor puede ser en realidad extraño y horroroso."

Por otro lado, y debido a su facilidad con las matemáticas y las radios, Werner es admitido en el Instituto Político-Nacional de Educación, para más tarde entrar en combate y ser parte activa del Tercer Reich.

La novela va avanzando con capítulos cortos en los que el autor intercala la experiencias de Marie-Laure con las de Werner, a la vez que vamos saltando del pasado de los protagonistas al momento actual (1944).

Y es precisamente por esta alternancia de capítulos cortos y de protagonistas, que La luz que no puedes ver, a pesar de sus casi 700 páginas se lee en un suspiro. A mi personalmente no me ha costado nada meterme dentro de la historia y empatizar con los personajes, principalmente con Marie-Laure. No basta con cerrar los ojos para sentir lo que ella siente, hay que meterse dentro del personaje, andar con ella por las calles de Saint-Malo, contando alcantarillas para saber cuándo hay que girar a la derecha o a la izquierda, imaginar lo que puede significar la guerra para alguien que no puede ver lo que está pasando a su alrededor, solo escuchar los sonidos.

" Los zapatos están al pie de la cama, junto a la maqueta. El bastón en la esquina. Baja a la primera planta y coge la mochila que está colgada en su gancho. Sale. Veintidós pasos bajando por la rue Vauborel, luego a la derecha, dieciséis alcantarillas, luego a la izquierda por la rue Robert Surcouf. Nueve alcantarillas más hasta la panadería."


A estas alturas, muchos habréis leído ya esta novela, y los que no podéis pensar ¿otra novela de la Segunda Guerra Mundial? Si, es otra novela de la guerra, pero la historia no es la guerra en sí.  La guerra es solo el trasfondo de una bellísima historia de inocencia y de supervivencia, de no tirar nunca la toalla y seguir luchando pese a las circunstancias, la historia de dos jóvenes protagonistas, que van creciendo a medida que la guerra avanza, sumidos cada uno en su propia oscuridad: la oscuridad de Marie-Laure por su ceguera, y la oscuridad de Werner, de no saber si está haciendo lo correcto y sentirse en un mundo que no es el suyo.

Aunque Marie-Laura y Werner sean los principales protagonistas de la novela, no puedo dejar de lado otros personajes, secundarios pero no menos importantes en la historia, como por ejemplo el tío Etienne, madame Manec, o Jutta, la hermana de Werner. Personajes perfectamente construidos por el autor, con mucha fuerza y que van a tener un papel fundamente en la trama. Asimismo, contamos con dos protagonistas de excepción: la radio, tan utilizada para las transmisiones durante la guerra, tanto para los soldados, por la resistencia, así como por ser una de las únicas formas que permitían a los ciudadanos estar al tanto de lo que sucedía y procurarles algún rato de esparcimiento, y el Mar de Llamas, un diamante excepcional al que se le atribuyen cualidades mágicas.

Con una narrativa clara y sumamente descriptiva, a la vez que magistralmente ambientada, La luz que no puedes ver es una historia de la que he disfrutado muchísimo. Igual que disfrutó Marie-Laure de sus lecturas de Veinte mil leguas de viaje submarino en braille. Una historia para leer de forma pausada, meterse dentro, sentir los personajes y el ambiente que les rodea, dejarse llevar por la historia, por los pequeños detalles que definen la vida.., en definitiva, una novela conmovedora y emotiva a la vez que dura, una novela que creo que no dejará indiferente a nadie tras su lectura.

Muchas gracias a  Suma por el envío del ejemplar.