La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel - Romain Puértolas.

Título: La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel.
Editorial: Grijalbo.
Año: 2015.
Autor: Romain Puértolas.

SINOPSIS.
Una cartera parisina necesita viajar a Marrakech para llevarse de allí a su hija adoptiva, muy enferma. Pero, cuando Providence Dupois está a punto de partir, un volcán islandés despierta y paraliza el tráfico aéreo europeo. Desesperada por reencontrase con la niña, la joven madre entiende que tan solo le queda una opción: echar a volar.
Un joven enamoradizo ayudará a Providence a emprender esta viaje tan extraordinario, a lo largo dl que conocerá a personajes tan variopintos como un chino que habla como un pirata y unos monjes tibetanos que escuchan a Julio Iglesias. Y es que el amor de una madre es tan fuerte como para despegar hacia las nubes.

OPINIÓN PERSONAL.
Tuve la ocasión de asistir al encuentro que se organizó en Barcelona con el autor de esta obra, Romain Puértolas. Tanto el autor como la novela me dejaron con una sensación de positividad enorme, y es por eso que la comparto hoy mis impresiones con vosotros.

Providence Dupois es una cartera parisina, que durante un viaje a Marrakech sufrió un ataque de apendicitis y tuvo que se operada de urgencia. Durante su estancia en el hospital marroquí, conoció a Zahera, una huerfana de siete años que ha vivido toda su vida en el hospital, aquejada de fibrosis quística (muscoviscidosis), por lo que no conoce nada más fuera de esas cuatro paredes. Y la casualidad hace que Providence sea su vecina de cama en el hospital... y allí empieza todo. Provindence, a través de su movil, le muestra a Zahera, que es como una esponja aprendiendo cosas, todas la maravillas que puede encontrar en Internet, charlan, se hace amigas... y tras varios viajes más y mucho papeleo, consigue que le den a la niña en adopción y está dispuesta a llevarsela a París para que reciba los mejores cuidados. Pero justo en día en el que debe viajar, a un volcán islandes de nombre impronunciable y que llevaba siglos tranquilito, le da por despertar y todos los vuelos quedan cancelados. La vida de Zahera pende de una hilo, y Providence se desespera. Debe llegar hasta su hija hoy mismo... pero ¿como?.

" Existe una novela de Paulo Coelho que se titula A orillas del río Piedra me senté y lloré. A orillas de la terminal Sur del aeropuerto de Orly, Providence se sentó en su Samsonite rosa y lloró".

Pero Providence no está dispuesta a rendirse. Tras descartar el poder tomar un tren, un autocar o un coche de alquiler, pues está todo colapsado, si para llegar hasta su princesa tiene que aprender a volar... pues aprenderá.

" Además, ella anduvo antes que nadie en el mundo, corrió antes que nadie en el mundo, nadó antes que nadie en el mundo. ¿Por qué no iba a ser capaz de volar antes que nadie en el mundo y dejar de nuevo atónitos a sus padres pediatras? Quizá el sexto dedo de su pie derecho tuviera esa función, permitirle volar. Tal vez fuera un pequeño timón. Porque a sus treinta y cinco años y siete meses aún no había encontrado una utilidad razonable a esa curiosa excrecencia. No obstante, todo en esta vida tiene su razón de ser."

Y tras haber encontrado en el aeropuerto a un chino disfrazado de pirata que la dirige al Sumo Mestro chino Tchin Gha, que a su vez la envía al monasterio tibetano de la Humilde Casta de las Mantis Tejedoras, en Versalles, ( unos monjes que en su tiempo libre escuchan a Julio Iglesias)  Providence empieza su curso de vuelo expres para aprender a volar en una hora.

La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel es una preciosa historia de superación, y sobre todo una gran historia de amor. El amor de una madre por una hija que hará todo lo posible para cumplir su promesa y cruzar miles de kilómetros para ir a buscarla aunque parezca que todo está en su contra. Pero pese a la enfermedad de Zahera y las dificultades de Providence, el libro no es una historia triste. Lleno del humor y la sutil ironía que nos proporciona el autor, se convierte en una historia alegre, que nos hace esbozar sonrisas muy a menudo. Tratar un tema tan serio como sobre el que se escribe, pero hacerlo de forma natural y con una positividad y alegría contagiosa, ahí está el gran mérito del escritor. Era más fácil hacer una historia triste y desesperada. Pero no, en ningún momento se pierde la esperanza, y si hay que pintar las cosas de color de rosa para que nos sintamos mejor (como decirle a la niña que su enfermedad es porque se tragó una nube), pues se pintan.

" - Esta mañana - continuó el padre superior -, fue a ver al Mestro Supremo hasta Barbès, en el norte de París, y luego vino hasta aquí. Todo este tiempo pasado aquí, meditando y aprendiendo a volar en una Wii.. en ningún momento se ha hecho preguntas. El dolor arrasa su corazón, si hija está moribunda y usted solo piensa en una cosa: ir a salvarla; sin embargo, ha compartido un poco de esta día tan especial con nosotros. He intentado inculcarle que el tiempo hay que merecerlo.Que hay que darle tiempo al tiempo, como cantaba tan brillantemente Didier Barbelivien. ¿O era Julio Iglesias? Ya no me acuerdo."

No podemos dejar de lado, las referencias y las críticas que durante toda la novela el autor hacer sobre los jefes de estado o algunos oficios. Unas críticas con una ironía muy sutil, pero que hacen su efecto. Como cuándo todos los principales jefes de estado cogen sus aviones privados y se dirigen hacía la cartera en pleno vuelo, para ser los primeros en colgarle una medalla, y de paso, colgárselas ellos mismos. Hasta Rajoy lo hace, paro dado el estado de la economía española, la medalla que le cuelga es de chocolate...

" Su bikini estaba tan cargado de condecoraciones que el anorak de un chaval de diez años inscrito en una escuela de esquí de Chamonix. Tenía tantas cosas que contarle a Zahera cuándo se vieran..."

En definitiva, La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel es una preciosa historia, mezcla de cuento de hadas y crítica social para todas las edades y para todos los gustos. Una historia preciosa que mezcla sonrisas y lágrimas, muy fresquita para este verano y que no deberíais dejar de leer. Yo creo que os gustará a todos.