Mala hostia - Luis Gutierrez Maluenda.

SINOPSIS.
Atila es el detective duro, machista, alcohólico y mujeriego, que vagabundea por el barrio del Raval de Barcelona, donde malvive resolviendo casos por «cuatro duros». Con una gran dosis de humor negro nos adentramos en la sordidez de los bajos fondos. Con una agudeza inusual Luis Gutiérrez Maluenda se presenta como uno de los grandes de la novela negra en lengua castellana.

OPINIÓN PERSONAL.
Me gusta mucho la novela negra, y me gusta mucho la novela negra escrita aquí, y si sobre todo la acción se desarrolla en Barcelona, pues me gusta mucho más. Es por eso que tenía muchas ganas de conocer a Atila, un detective venido a menos, que malvive en la habitación de una antigua portería, y tiene su despacho en un locutorio del barrio del Raval de Barcelona (lo que siempre se ha conocido como el Barrio Chino).

" El Barrio Chino de Barcelona, actualmente El Raval, por obra y gracia de la normalización lingüistica y la reordenación ciudadana, es un lugar en el que mientras todos le llamábamos Barrio Chino no era posible ver a un solo chino, y ahora que se llama El Raval, está lleno de chinos. En el barrio hay calles en las que la totalidad de edificios parecen esperar una tormenta de las buenas para derrumbarse."

Atila, gran conocedor del Raval, acepta el caso de un ciudadano peruano, que le pide que busque a una chica bielorusa, Galina,  que hasta hace poco estaba viviendo con él. Mala suerte tiene el detective, ya que la misma noche que le han hecho el encargo, y tiene la posibilidad de ganar un poco de dinero (que no le saque su ex-mujer en concepto de pensión) su cliente aparece asesinado víctima de una paliza.

Pero no todo está perdido, la hermana de Nestor (su cliente), acude a Atila para que siga buscando a Galina, ya que según ella, la bielorusa está detrás de su asesinato.

" Se trataba una mujer que rondaría los treinta años, peruana, sin duda. Lo que más me llamó la atención de ellas fueron sus ojos rasgados y un escote apropiado para un jardín de infancia a la hora de la merienda. También me llamaron su atención sus uñas postizas. Tenían la longitud y el aspecto de dagas venecianas decoradas con un paisaje bucólico. No miento, cada uña tenía un dibujo pintado, un prado, creo."

Una novela escrita con ironía y con humor negro, totalmente adictiva, por lo menos para mí, que nos lleva a la parte menos glamurosa de Barcelona, que transcurre a ritmo de tangos de Gardel y de "Adoradoras del Ballenato"; una novela, considero que muy recomendable para los amantes de la novela negra hecha aquí, con un protagonista que en ocasiones me ha recordado al inspector Méndez, por los ambientes por los que se mueve, pero más joven y con más sentido del humor.

Sé que hay otra novela del mismo detective, y desde luego no voy a dejar de leerla, ya que he quedado enganchada a Atila.